En este trocito del mundo que es Valtablao pasta la ganadería de la familia Mora. Hay que decir que la ganadería se reparte en otras fincas, pero ésta es la más representativa. Más adelante las conoceremos.
Valtablao es un valle rodeado de pinares que resguardan un vergel de fresca hierba. Un paraíso.
Vamos a centrarnos en la ganadería.
Para hablar del nacimiento de esta ganadería debemos retroceder en el tiempo hasta el año 1912 cuando Benito Mora Codes, que era carnicero y tratante de ganado del pueblo conquense de Zafrilla, compra las primeras reses bravas con el objetivo de llevarlas a los pueblos cercanos para la celebración de sus fiestas.
Después, su hijo Vicente Mora Mora continuará con la ganadería, pero hará algo muy especial: en los años 40 del pasado siglo, compró una de las cinco partes en las que quedó dividida una de las ganaderías más importantes de esa época llamada “Coquilla”. Por este motivo, y desde ese momento, el encaste Santa Coloma será el que críe esta familia. No te preocupes si no entiendes muy bien esto de “encaste”, ya que en próximos capítulos lo veremos muy bien explicado.
En el año 1951 ingresó como socio en la “Asociación de Ganaderías de Lidia” y desde ese momento empezó a herrar el ganado con el hierro de la “BM”.
Criar toros es una tarea tan importante que cada toro o vaca que nace se debe inscribir en un registro. En ese registro se le pone nombre y otras identificaciones, además de mucha información como el color de su pelo o quién es su ganadero. Están tan identificados que se podría saber quiénes son sus padres, abuelos, tatarabuelos…
De Vicente pasó la ganadería en 1987 a sus descendientes (Adela, Benito y Vicenta Mora Escutia) quedando en 1996 como único propietario Benito Mora Escutia. En el año 1993 Benito adquiere un nuevo hierro que pone a nombre de sus tres hijos, llevando ambos bajo “el mismo techo”.Tras su fallecimiento en el año 2009 la ganadería se dividió en tres partes y pasó a sus hijos María de los Ángeles, Benito y Juan Vicente Mora Martínez.
En el año 2017 se quedará este último, junto a sus hijos, como únicos continuadores de la tradición ganadera familiar, continuando este último con la tradición ganadera familiar.
